“Tumbado en el Jardín Viendo Atardecer” es, quizá, una de las canciones más importantes de Sen Senra hasta la fecha: una vuelta más personal, intimista, y refinada, que recuerda por momentos en forma y fondo a “Sensaciones”, y que demuestra el porqué Senra es tan especial: un artista total capaz de abrazar el hit, el estribillo, y el autotune, para luego ser capaz de hacer canciones desgarrándose el pecho. Y es que “Corazón Cromado” – su nuevo EP – va de eso: de sentimientos, sensaciones, y sobre todo, de canciones.
Además, ya podemos ver el maravilloso clip dirigido por Pedro Artola.
Llevábamos tiempo señalándolo como una de las promesas más importantes de nuestra música, pero al final se ha confirmado antes de lo que pensábamos. Desde que se editase “Sensaciones” (Sonido Muchacho, 2019), el ruido alrededor de la música de Sen Senra no ha parado de crecer, convirtiéndose en una realidad cocinada a fuego lento, sin prisa y sin pausa, hasta ser una de las figuras mas relevantes del nuevo pop de nuestro país. Ya lo venía avisando Senra con sus movimientos, sigilosos, pero perfectamente hilados, de que su ambición no se iba a quedar ahí, y que ese álbum iba a ser solo el principio. Así, en mitad del 2020, llegaron “Nada y Nadie” y “Perfecto“, dos sencillos de pop con mayúsculas, en los que creaba unas melodías frescas, brillantes y actuales, pero siempre desde su perspectiva de narrar una realidad tan sensible como cruda. A su manera y sutileza personal. Y solo unos meses después llegaría COLORS, para coronarlo como uno de los pocos artistas españoles en grabar las míticas sesiones de Berlín; convirtiéndose en el primer peldaño para un ascenso internacional que vería en “Wu Wu”, su trampolín definitivo. A finales del pasado año llegaba su single más ambicioso, y una de sus mejores canciones: una colaboración con FEID, una de las figuras más importantes de la música latina, y autor del millonario “PORFA”. Un combo ganador para una de las canciones del año.
Ahora, al fin llega la antesala de un EP que promete ser el trampolín definitivo para un artista que ha multiplicado por cuarenta sus números en apenas 6 meses, y que parece que no tiene techo: cuando nadie podía girar, él anunciaba una gira de varios conciertos en teatros, agotándolos en horas, para demostrar lo necesario que era. Había ganas de un tour que se antojaba demasiado difícil desde que su anterior disco, “Sensaciones”, se convirtiera casi en religión.