Hay un pequeño número de artistas cuyas entregas nos recuerdan que la música es importante y necesaria. Los Punsetes son uno de ellos. Su facilidad para facturar canciones que se transforman en himnos generacionales ha sido una constante en toda su carrera. Pero más fascinante todavía es el hecho de que siempre consiguen sonar contemporáneos y urgentes, con el filo de una banda que siempre tiene cosas que decir.
Las constantes creativas del quinteto madrileño se mantienen en todo lo alto: melodías de asimilación inmediata, guitarras punzantes e imaginativas, sección rítmica precisa y potente y letras en el punto perfecto de vitriolo, ironía y lucidez en boca de la siempre carismática e inimitable Ariadna. Un palacio con mis huesos es una de las piezas más puramente pop que han hecho nunca Los Punsetes. Una composición alegre-pero-triste que explota en un estribillo irresistible. Para cuando llega la coda de “lo-lo-lo-los” ya eres consciente de que cantarás este tema muuuuuchas veces en tu vida.