No se trata solo de una serie de conciertos, sino de una residencia, un espacio donde Lourdes podrá jugar con su repertorio, hilando sus canciones con una selección personal de temas de otros autores, antiguos y modernos, en una investigación sutil sobre los vértigos del amor y sus preguntas sin respuesta. Cuatro encuentros para recuperar ese pulso inmediato con el público, casi confesional, que solo se da cuando el artista y la audiencia comparten la misma respiración.
En cada una de estas noches, Russian Red se rodeará de un cuarteto de jazz indie pop que la acompañará en un viaje sonoro impredecible, donde saldrá al escenario a cantar canciones y a abrir melones. Será una suerte de Judy Garland meets Esther Perel, una crooner frágil y peligrosa. Un espectáculo en el que lo que se dice y lo que se calla tienen el mismo peso.
Más allá del espectáculo, este ciclo representa un reencuentro con un repertorio en el que los pensamientos que surjan en el momento encontrarán su lugar entre piezas instrumentales, donde Lourdes improvisará melodías espontáneas, convirtiendo cada noche en una experiencia irrepetible única y efímera, imposible de replicar.
En un mundo donde el tiempo apremia y las giras dejan poco margen para la espontaneidad, Russian Red se instala en Café Berlín, en su Madrid, para demostrar que la música, cuando se acompaña de la palabra, cobra otra dimensión. Un encuentro entre el cabaret y el salón de casa. Una pequeña fiesta entre amigos para compartir secretos… y hablar de amor y de música como debe hacerse, con luces bajas y cócteles.