A veces creo que nos tendrían que serrar: abrirnos en dos a la altura del ombligo y contar los anillos, como hacen con algunos árboles para calcular los años de vida.
Cuando escuchas canciones, la edad que sientes que tienes y la que pone en tu DNI son aberrantemente diferentes. Por ejemplo, suena Sé y entonces pienso que hace treinta años del Definitely Maybe, pero eso no sería grave si no me asaltara un segundo cálculo: hay la misma distancia entre la actualidad y el disco de Oasis que entre este y el A hard day’s night de los Beatles. Es decir, los adolescentes deben creer que, mínimo, conducíamos un 600 o que luchamos en la Batalla del Ebro.
En realidad, todo esto da igual, porque continuamos creciendo mientras no nos corten, y porque una canción, o cualquier emoción, es nueva cada vez que alguien la descubre por primera vez. Como este medio tiempo magnifico y orgulloso (y tan brit pop) que habla de un día eufórico por la mañana y (cuando lo dice, el acorde cambia a menor) melancólico por la tarde. Una de estas canciones que no corren, pero sí pisan fuerte en ciertos charcos: como cuando en Barcelona muchos adolescentes fascinados por los líos de Liam nos pusimos parkas gigantes compradas en el Camello y comenzamos a caminar con los pies en C como Charlot, con las manos en la espalda como seminaristas, con la cabeza bien alta como suricatas eléctricos.
El narrador de Sé es la persona que mira el árbol y también es el árbol, que cuando lo abrazas tiene memoria. Donde han grabado con navajas hechos y fechas, y corazones que han envejecido mal, donde se han meado algunos perros o cretinos, pero que, al fin y al cabo, ha visto de todo y no puede parar de crecer. Es quien mira el árbol, es la historia del árbol, es quien escribe la historia del árbol, es el árbol convertido en papel, en libro, y también en música, en hit.
Sospecho que Sidonie tampoco quieren parar de crecer. Y que son como aquel dios mitológico, Jano, que era bifronte: es decir, tenía dos cares. Una miraba permanentemente al pasado, perola mirada de la otra estaba puesta en el futuro. ¿Recuerdas la primera vez que escuchaste Live Forever? Los árboles se plantan ahora y dansombra treinta años después. ¿Recuerdas cuando sonó Sé? Aún tenemos muchos estribillos dentro.
Hace tiempo, Noel le dijo a Liam que era como uno de esos tipos que se pasea con un tenedor en un mundo donde solo se sirve sopa. Y así, exactamente así, nos sentimos a veces los que vivimos enganchados a las canciones. Y temas como Sé son los que nos dan la razón y nos devuelven a la primera emoción. Un sé que suena como sí y que ya es nuestro yeah.
-Miqui Otero