Hay grupos que no sabes que necesitas hasta que aparecen en tu vida y, boom, se convierten en favoritos. Ocurre con Chicle, la banda que forman Álvaro Benito (guitarra y voz), Héctor Navio (bajo) y Juan Zurdo (batería). Sí, ese Álvaro Benito, al que conoces de liderar Pignoise y de su faceta como ex jugador de fútbol, entrenador y comentarista deportivo. Un proyecto forjado a fuego lento en la intimidad del local de ensayo, alejado del mundanal ruido -eso lo ponen ellos mismos-, en un cuidado proceso de composición y depurado de canciones que a partir de ya empezarán a ver la luz.
Con una premisa básica que se resume en una palabra: rock. Aquí hay estribillos, guitarras crujientes, una sección rítmica que se mueve como una apisonadora y un sonido que, aunque es completamente orgánico, no puede sonar más actual. El primer capítulo en la historia de Chicle será un EP homónimo que se publicará a principios de 2024. Aquí no se hacen prisioneros: cuatro temas que llegan al oído como una exhalación. “Voy a tumba abierta/Hacia la tormenta”, canta Álvaro en Calles de perdedor. Como si fuera un leitmotiv vital del que uno no puede escapar. De lo que se trata es de ajustar cuentas emocionales, internas y externas, a través de letras que van a conectar de inmediato con el oyente. Cuando uno se muestra cómo es en realidad, no hay otra opción.
Es sólo la primera muesca en una carrera que despega ahora con dirección a la estratosfera y que va a sacudir como un terremoto la escena rock en castellano. Porque sí, el rock está vivo y el combo madrileño es un perfecto ejemplo de ello. Pronto, más canciones, conciertos y mucho más. Comienza la era Chicle.