“Es tu nuevo grupo favorito, solo tiene dos canciones, pero no son sólo canciones, son himnos generacionales”. Así de explícito, tanto en el aspecto lírico como en el musical, arranca el segundo álbum de Carolina Durante. Un disco que se ha compuesto y grabado en unas circunstancias cuanto menos peculiares como consecuencia de la crisis del Covid, y que destila toda la rabia contenida dentro de un grupo que durante 2020 y 2021 estaba destinado a actuar delante de cientos de miles de personas y que súbitamente vio como esa progresión natural se truncaba por causas completamente ajenas a la banda.
Dispuestos a hacer de la necesidad virtud, Carolina Durante han estado lejos de bajar los brazos durante ese tiempo. Más allá de las diferentes actividades en paralelo al grupo de cada uno de sus componentes (las aventuras interpretativas de Diego y Martín, la labor como productor de Juan o la actividad de Mario dentro de Axolotes Mexicanos o en solitario bajo el nombre de Temerario Mario), la banda mantuvo su actividad escribiendo y preparando las canciones de ese retorno, un retorno que en ningún caso podía bajar el nivel con respecto a su debut. Para ello, y llegado el momento de ingresar al estudio, reclutaron a su equipo de confianza: Carlos Hernández y Bernardo Calvo se pusieron a los mandos en Estudio Uno. Y el resultado de todos esos condicionantes y fuerzas colaborativas es Cuatro Chavales.
Musicalmente este disco supone un salto cualitativo en la meteórica carrera de Carolina Durante. La banda se ha dado a conocer por todo el Estado español por su incendiario directo, y eso se deja notar en la aproximación musical de estas doce canciones, que pisan el acelerador y llevan el característico sonido punk de alma pop de Carolina Durante a un estadio superior. Mérito tanto de la banda como del trabajo de los técnicos que les acompañan, en líneas generales Cuatro Chavales suena mucho más contundente, sin que eso implique una merma en el principal activo musical de la banda: su facilidad para componer melodías que resulta imposible sacarse de la cabeza desde la primera escucha.
No esperes aquí colaboraciones de campanillas ni brindis al sol. Carolina Durante es una banda de verdad, como aquellas formaciones pretéritas a las que el grupo ha venido rindiendo homenaje con diferentes covers en los últimos años. Y es por eso que los Carolina se centran en llevar unos cuantos pasos adelante su propio y característico sonido con una serie de canciones que desde ya forman parte de la singular mitología que envuelve al grupo: es el caso de los adelantos Famoso en tres calles, Moreno de contrabando, 10 (un emotivo homenaje a Messi y todo lo que simboliza en el mundo del fútbol) o La planta que muere en la esquina. Cuatro temas que han servido para introducir un álbum en el que todas las canciones merecerían ser publicadas como single.
En líneas generales esa contundencia que caracteriza al conjunto del disco contrasta con una cierta sensación de tristeza que se filtra por las letras de Diego, letras plagadas de amores a los que no queda más remedio que dejar ir, personas con adicciones varias y violencia más o menos contenida. Sentimientos todos ellos asociados a tiempos que esperamos dejar definitivamente atrás. Y para conseguirlo el regreso de Carolina Durante se convierte en la mejor de las purgas posibles.