12 de septiembre de 2022

Pasitos cortos pero seguros, una máxima que vale tanto para tu carrera musical como para la vida ahí fuera. Como el título sugiere, a veces es cuestión de echarle actitud, algo de lo que Diego Castro va sobrado. Se hace camino al andar, y el que fuera cantante y compositor de Disco Las Palmeras!, hace un tiempo decidió recorrerlo en solitario. “Primeros Pasitos” es su primer EP, un trabajo que constituye una evidencia más de su gran valía como compositor.
 
Habría que preguntarle a él, pero a juzgar por lo que escuchamos aquí, a Castro se le ve contento. Desde luego, eso es lo que transmite durante los tres minutos y medio que dura el primer corte. Para ello se sirve de una melodía mágica, arreglos de viento y un estribillo que invita a ser cantado hasta dejarte sin aire. Todo aquí es exultante: “Mi mejor momento” contagia optimismo y logra generar en el oyente ese estado de euforia al que solo es posible llegar a través de una buena canción. Queda claro que la inspiración le ha pillado trabajando y en su mejor momento.
 
La sinuosa “Nos volverá a pasar” prolonga el estado de felicidad en el que nos sumergimos desde el momento en que pulsamos el play. Los coros, magnéticos e irresistibles, corren a cargo de sus compañeras de sello Cariño“Reencuentro” echa el freno en un tracklist que, hasta el momento, iba a velocidad de crucero. Reflexiva y certera, da un vuelco al estado de ánimo de “Primeros Pasitos”.
 
Y es que la cara B es más que nunca un reverso de la A. Si en la primera mitad reina el optimismo, en la segundo pesa más la desazón. “Autoengaño” sigue la senda de “Reencuentro”, baja de revoluciones en su arranque… pero con final en alto. Los arreglos de viento propulsan la canción, reforzando así el mensaje de autocomplacencia que subyace en un texto que crece aún más cuando se lee entre líneas.
 
Tras entregar en 2020 “Tal Vez” y “Caída”, los primeros temas firmados con su nombre, “Primeros Pasitos” prolonga su idilio con las melodías crujientes y los arreglos imaginativos. Se hace camino al andar y a Castro le queda cuerda para rato.