Mientras habitamos un mundo marcado por la desconexión, La Plata se preguntan cuán ficticia es nuestra propia existencia. Que la vida es sueño lo decían los más viejos. Que vivimos en Matrix, los más nuevos. El quinteto valenciano publica un nuevo tema en el que también se cuestionan sobre los vértices de nuestra presencia en este mundo: “la vida real” surge como un respiro íntimo y contemplativo, una especie de reducto celestial. En su estrofa, Diego Escriche “juraría que todo esto es real”, pero no puede evitar sentir recelo por si es “solo un reflejo más” de su mente atrapada. Si ya estamos muertos, ¿tendríamos forma de saberlo?
La Plata hace de su nueva composición un paisaje relajado, un limbo que parece tomar referencias de la ciencia ficción de comienzos de siglo. Este tema, el segundo adelanto de su tercer álbum, “Interzona”, da un giro respecto a la densidad caótica de “Ruido Blanco”, el que fue su primer single. Aquí, La Plata explora un terreno más sereno, pero no por ello menos inquietante: el de la conexión entre lo tangible y lo inmaterial, entre la imagen que se proyecta en un cristal y el reflejo que puede tocarse con los dedos.
Con este single, puede presuponerse que, en su nueva etapa, La Plata regresa a los sonidos noventeros. Predominan las guitarras acústicas y los sonidos orgánicos, a medio camino entre lo grunge y lo yorkiano, una apuesta por texturas granuladas y un poco deprimentes que evocan lo terrenal frente a las cadencias electrónicas de su predecesor. Producido, grabado y mezclado por Diego Escriche y la propia banda, y masterizado por Marco Rostagno, “la vida real” suena a la verdad que no quieres escuchar. Escenas de naturaleza, abstractas y poéticas, se contraponen al caos y la claustrofobia de su entrega anterior.
Ya queda menos para que “Interzona”, el que será el tercer disco de La Plata, vea la luz. De momento, siguen sembrando las dudas en la mente de cada oyente: no cabe duda de que el nuevo álbum del quinteto parte de la curiosidad, tanto sonora como existencial. Los valencianos se preguntan tantas cosas que no saben, ni tan siquiera, si acaso existen. La Plata parece haber encontrado en ese espíritu dubitativo el camino hacia algo que trasciende lo real: la vida como un espejo que no para de vibrar. Y no es para menos, porque ellos son lo más parecido al grupo de tus sueños.