Quizá lo más difícil de conseguir en la música sea sonar atemporal. Es decir, sonar a hoy, sonar a ayer y sonar a mañana. Mastrolilli lo consiguen en ‘El cortejo breve’, canción que alberga una automática y definitiva capacidad de emoción y con la que uno puede imaginarse a sus abuelos bailando agarrados en una fiesta popular. O a un grupo de jóvenes escuchando la radio en Latinoamérica. A ritmo de suave bolero, Julia y Javier de Torres demuestran que la belleza no tiene edad. Que la complicidad es un arma y que la honestidad siempre será imbatible. Nueva entrega de uno de los proyectos más especiales y, a su manera, arriesgados del panorama en castellano. Mastrolilli son para siempre.