Hay cosas que no se pueden fingir. El amor que desprende Mastrolilli, por ejemplo. El amor que profesan a la música y también el que se nota entre ellos. El apellido de Julia y Javier de Torres ya da una pista: padre e hija unidos en uno de los proyectos más especiales que han surgido en la música española en mucho tiempo. La química se escapa entre los surcos de este doble vinilo de 7”, editado en una preciosa y exclusiva caja, que presenta sendas colecciones de canciones que saben a ayer, hoy y mañana. Música atemporal que funcionaría en cualquier época y en cualquier lugar. Melodías de extrema finura, delicadas, tejidas a mano y con mimo. Casi resulta contracultural y radical en su concepción. Porque la búsqueda de la belleza también puede ser revolucionaria. Adiós al cinismo, aquí sólo hay verdad (y sentido del humor, mucho).
Mastrolilli tiene su origen en la participación de Julia en Don’t Kiss Me on the First Date, canción recogida en el disco Was Your Tie Black?, realizado al alimón por Javier de Torres y Roger Sincero. Esa semilla se convirtió en un proyecto con enjundia y profundidad, construido en las visitas que Julia hacía a España durante una estancia en Roma. Todo ello se ejecuta en un doble EP que es como una doble vida: Moleskines atraviesa el pop de toda la vida, glorioso en su ambición clasicista. Por otro lado, El cortejo breve recupera la pasión de Javier por el bolero. Aquí se acompañan de El Trío Sentimiento, que secundan habitualmente en sus giras por España a Rafael Basurto, cantante de Los Panchos.
Repasemos Moleskines, que se abre con Antiguo Regidor, medio tiempo irresistible de espíritu sarcástico y ropaje de piano y guitarra eléctrica que ofrece una viñeta sobre Madrid y, claro está, antiguos regidores de este lugar. Mis canciones favoritas es una declaración de amor a la música pop y a la magia de las canciones. Un juego de metacomposición vibrante destinado a que se adhiera a la mente. La titular Moleskines añade texturas contemporáneas en forma de cajas de ritmos y ruiditos varios -como si reinventaran el Electronic Renaissance, de Belle And Sebastian-. Nueva chica es otra pieza de pop pluscuamperfecto de sabor agridulce. Una de esas geniales canciones alegres-pero-tristes (las mejores). La colección se cierra con Polvorosa, en la que el espíritu de Morricone se pasea desafiante como epílogo necesario para el EP.
Por su parte, El cortejo breve presenta otros cinco cortes sin fallo, esta vez reivindicando el bolero como construcción formal a recuperar. El tema homónimo inaugura el EP como una brisa suave de sabor latinoamericano. Le sucede Un joven andrógino, con una animada percusión que hace galopar el tema y obliga a las caderas a seguir la melodía cantada por Javier y Julia al alimón. Las carreras de letras es un divertidísimo ajuste de cuentas de aquellos que no optan por estudiar ciencias, es decir, que eligen el camino difícil -pese a todo, seguramente el más necesario-. Las opiniones de otro y No quiero volverme a enamorar sirven como punto (¿y seguido?) de una obra condenada a acompañarte a partir de ahora para siempre. Canciones que siempre apetece escuchar y que se degustan en pequeñas dosis que son pura felicidad.
