A “Lo que me falta” no le falta nada. Fiereza rítmica, melodía con pegada y contundencia en la interpretación de un texto que no admite medias tintas. El giro final en la letra sintetiza a la perfección lo que es Menta: es caricia y guantazo; una mano tendida a las buenas y una puñalada a las malas. Sirva, pues, como advertencia para quien corresponda que del amor al rencor hay apenas una estrofa de distancia.
Y es que en la voz de Meji todo suena deliciosamente peligroso. Hay algo de atracción fatal en la propuesta de Menta. No te confíes ni traiciones su confianza, sus canciones tiran a dar. “Lo que me falta” es un artefacto sonoro de mecha corta: incendiario, explosivo, instantáneo. Es, además, el pórtico de entrada a su álbum debut. Como anticipo funciona a la perfección porque es un compendio de sus virtudes como banda. Ruido y puntería melódica en temas que te hablan de tú a tú. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Mientras tanto, Menta congregan a la parroquia guitarrera a la espera del lanzamiento de uno de los trabajos más esperados de la temporada.