Hay grupos que son más que un grupo. Que el adjetivo de “especial” no es un lugar común, ni una manera vacua de realzar su valor. Que hacen las cosas a su manera, de verdad, con sentido del humor, con la dosis justa de romanticismo e ironía y, sobre todo, supurando inteligencia, talento y creatividad. Es el caso de Perdón, trío formado en Murcia y que desde ya empieza a operar bajo la etiqueta de Sonido Muchacho.
La historia de Leyre Ortiz, Irene Riquelme y Arturo Casabuena, los tres componentes de Perdón, se remonta al verano de 2019, cuando coincidieron sobre el escenario del Teatro Universitario de Murcia. No es un hecho baladí que antes que la música fueran las tablas: en el trío hay un componente teatral que los hace únicos, iconoclastas y tremendamente divertido. Pero ya hablaremos de ello más adelante… Nos encontrábamos en su Murcia natal, cuando se dieron cuenta de que compartían referentes y gustos musicales. La suerte estaba echada: tenían que montar un grupo. Como si fuera una película, ese big bang se dio en un largo viaje de coche en el cual también se les apareció su primera canción: Lo siento.
Su autodescripción estilística es sencillamente la mejor que se ha hecho nunca: música tristona con ritmitos chachis para cuando estás un poco triste. Tal cual. Se podrían añadir conceptos como “electropop”, “twee-pop” u otros, pero realmente su definición es más fina y apropiada. Singles publicados en 2020 como Otra vez, 12 de abril (ya es de día), Nota de voz y, por fin, el EP todo x amor (al menos esta semana) sirvieron para consolidar su estilo, ir ganando adeptos y apuntalar unos directos a caballo entre el concierto y la performance que no tienen desperdicio. Su presencia en prácticamente todos los festivales de Murcia y otros eventos como Relevo en Madrid lo atestiguan.
Entre 2022 y 2023 fueron entregando canciones puntuales (Bruja pop, Valle perdido) mientras iban preparando su esperadísimo primer disco, que verá la luz en primavera de este mismo año. Se trata de un trabajo que incluye toda la imaginería y creatividad de Perdón, añadiendo un delicioso toque costumbrista que funciona como un reloj suizo junto a las melodías infalibles que siempre ha entregado la formación. Guille Solano y el propio Arturo Casabuena se han encargado de la producción, mientras que Sergio Pérez ha añadido su maestría a las mezclas. La masterización la firma Álex Ferrer. Se ha hecho de rogar, pero la espera ha merecido la pena. Vaya que si ha merecido la pena.
