Para entender la trascendencia de Surfin’ Bichos, es necesario arrojar algo de luz sobre el contexto en el que surge el grupo. Para ello, hay que remontarse al final de la década de los 80, cuando la Movida agonizaba. Por aquel entonces, con una escena independiente nacional aún en ciernes, la irrupción del conjunto albaceteño lo cambió todo. Mientras el país miraba a otro lado, los Surfin’ exploraban en sus grabaciones un rock crudo y visceral, repleto de referencias bíblicas, que abría un mundo de posibilidades. “La luz en tus entrañas” (1989), “Fotógrafo del cielo” (1991) y el celebrado “Hermanos Carnales” (1992) son obras cumbre, además de aportar las claves que permiten decodificar todo lo que se precipitó inmediatamente después. Si estos trabajos son considerados obras maestras es porque hablamos de discos únicos, especiales, en sintonía con su tiempo pero a su vez logrando proyectarse hacia hacia el futuro. Fácil de decir, muy difícil de hacer. Y es que los clásicos, si por algo son clásicos, es porque nunca acaban de decir lo que tienen que decir. Su discurso cambia, crece y evoluciona, estableciendo diferentes diálogos con la actualidad a medida que pasa del tiempo. Eso explica por qué el impacto de los Surfin’ se extiende más allá del 94, año en el que termina la primera etapa de su aventura tras la publicación de “El amigo de las tormentas” (1993). Fue el punto de partida de muchas cosas; también el de otros conjuntos musicales que les han mantenido ocupados durante estos años. Hasta ahora. La máquina de Surfin’ Bichos no ha parado en todo este tiempo, pero en 2023 arranca de nuevo. Es más: lo hace con la formación original, compuesta por Fernando Alfaro (voz y guitarras), Joaquín Pascual (guitarras, piano, sintetizadores y más), José Manuel Mora (bajo) y Carlos Cuevas (batería). Las bandas regresan para exprimir su legado —legítimo, pero aburrido— o para demostrar que pueden seguir aportando. Surfin’ Bichos, que recientemente anunciaron la publicación del primer álbum con material nuevo en más de tres décadas, queda claro por qué opción se decantan