Forjado en bandas ya seminales del underground madrileño como Carrera, CORTE!, la nueva etapa de Gonzalo Barbero, está siendo un soplo de aire fresco en la escena nacional. A medio camino entre el post-punk y lo que él mismo llama “pop crudo”, toma el pulso de la vida de los (no tan) jóvenes de la capital para captar con precisión de cirujano el desencanto generacional. Ironía e inteligencia, sí, pero sobre todo verdad.
Tras conquistar a propios y extraños con su primer EP debut homónimo, CORTE! vuelve a sorprender con su segundo trabajo “Más canciones sobre ciudades, trabajos y autovías de circunvalación” donde sigue mostrando la cara más cruda del extrarradio madrileño. Este trabajo incluye canciones como “Cortes” o “Una ciudad sin límites” donde Gonzalo continua contando, sin pelos en la lengua, lo que pasa fuera del centro.
CORTE! es Gonzalo Barbero (Madrid, 1997) y una larga colección de obsesiones musicales y personales que han acabado encontrando vida en forma de canciones compuestas y grabadas en su propia casa.
A los once años Gonzalo encontró una pasión en la música que le llevaría a querer aprender varios instrumentos de forma autodidacta; para más tarde tocar en diferentes bandas y proyectos musicales, siempre en paralelo a clases y trabajos. Así en 2018 formó, junto a sus compañeros, Carrera, publicando un EP y un largo, así como escenario con grandes bandas del underground nacional, a lo largo de sus cinco años de existencia.
El pinball de la precariedad laboral, y esa extraña autodeterminación que dan los tiempos preapocalípticos, fueron pretextos más que suficientes para que canciones que giran en torno a fetiches, anécdotas o simples descargas de frustración terminasen por encontrar un tiempo y un lugar en el que desarrollarse. Algunas veces en forma de demos que se completaban en descansos laborales entre letras y algunas de las peores notas de voz jamás grabadas en los asientos traseros de los autobuses de la EMT; otras en el puro divertimento hacer canciones.
Entre la influencia de la música Talking Heads o Lizzy Mercier; hasta bandas actuales como Dry Cleaning o Yves Tumor. La ironía y el desdén se encuentran con una propuesta musical que él mismo define como “pop crudo” en guitarras secas, y un sentido del humor ácido, aunque siempre servido con mimo.